domingo, 18 de mayo de 2014

Los símbolos en la obra Bodas de sangre de Federico García Lorca.

En esta obra teatral del gran Federico García Lorca, destaca, además de su argumento, los símbolos que el autor expresa en ella. Uno de los símbolos más importante que aparece, tanto al principio como al final de la obra y que desata la tragedia es el cuchillo, la navaja o el puñal. Este instrumento es un arma de sacrificio que el autor toma como símbolo de la muerte, tema esencial en la obra anticipando la tragedia desde el primer acto en boca de la madre:
"La navaja, la navaja... Malditas sean todas las navajas y el bribón que las inventó.". 
"¿Y es justo y puede ser que una cosa pequeña como una pistola o una navaja pueda acabar con un hombre, que es un toro?".
"No... Si hablo es porque... ¿Cómo no voy a hablar viéndote salir por esa puerta? Es que no me gusta que lleves navaja. Es que... que no quisiera que salieras al campo.".
Hasta en el último acto, también dicha por la madre:
" Vecinas, con un cuchillo,
con un cuchillito,
en un día señalado, entre las dos y las tres,

se mataron los dos hombres del amor.". 
Este símbolo aparece en toda la obra como símbolo de la muerte y de la amenaza hasta la tragedia final.
Tras este símbolo tan característico del teatro de Lorca, aparece la luna. La luna se convierte en un personaje dramático y esencial para la tragedia que actúa como mensajera de la muerte de los protagonistas masculinos: Leonardo y el Novio. Aparece disfrazada de un leñador con la cara blanca, el cual, simboliza el fin de la existencia vital en la naturaleza, pero en esta ocasión de el fin de estos dos personajes. Es un símbolo de fatalidad y que además rompe el realismo de la obra para dar paso a la fantasía. 
" LEÑADOR 1º: Cuando salga la luna los verán.".
" LEÑADOR 3º: 
Ahora sale la luna. Vamos a darnos prisa. 
(Por la izquierda surge una claridad.)".
" LEÑADOR 3º:
¡Ay luna mala!. 
Deja para el amor la oscura rama.".
"LUNA: ...
La luna deja un cuchillo
abandonado en el aire,
que siendo acecho de plomo
quiere ser dolor de sangre..."

Además de estos dos símbolos, aparece el caballo. El caballo simboliza el sexo, la pasión y la virilidad y que está asociado a uno de los personajes protagonistas: Leonardo. 
"NOVIA:
Un hombre con su caballo sabe mucho y puede mucho para poder
estrujar a una muchacha metida en un desierto. Pero yo tengo
orgullo. Por eso me caso. Y me encerraré con mi marido, a quien
tengo que querer por encima de todo."
Pero además de ser un símbolo de erótico y  de masculinidad, representa la muerte. Destaca sobretodo en los pasajes, en los cuales, la Suegra y la Mujer, le cantan una nana al hijo de Leonardo. 
"SUEGRA:
Nana, niño, nana
del caballo grande
que no quiso el agua.
El agua era negra
dentro de las ramas."
"MUJER (Bajo):
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber."
Además de las intervenciones de la Suegra, la cual, nombra varias veces a este animal: 
" SUEGRA (Saliendo):
Pero, ¿quién da esas carreras al caballo? Está abajo, tendido, con
los ojos desorbitados como si llegara del fin del mundo."
Este símbolo, junto al cuchillo, auguran la tragedia que sucederá al final de la obra. 


Por último, destacar, entre otros muchos más, el símbolo del agua o del río, el cual simboliza el fluir de la vida, y con el impulso sexual. Se identifica, además, con la muerte, la renovación y la fertilidad.
" LUNA:
Cisne redondo en el río,
ojo de las catedrales,
alba fingida en las hojas
soy; ¡no podrán escaparse!"
" MENDIGA:
Esa luna se va, y ellos se acercan.
De aquí no pasan. El rumor del río
apagará con el rumor de troncos
el desgarrado vuelo de los gritos."
" NOVIA:
¡Porque yo me fui con el otro, me fui! (Con angustia.) Tú también
te hubieras ido. Yo era una mujer quemada, llena de llagas por
dentro y por fuera, y tu hijo era un poquito de agua de la que yo
esperaba hijos, tierra, salud; pero el otro era un río oscuro, lleno
de ramas, que acercaba a mí el rumor de sus juncos y su cantar
entre dientes."
"MUJER: No quiso tocar
la orilla mojada
su belfo caliente
con moscas de plata.
A los montes duros
sólo relinchaba
con el río muerto
sobre la garganta."


Estos son algunos de los símbolos que aparecen en la obra trágica de Bodas de Sangre, además de otros símbolos como las flores, los colores, Leonardo, la corona de azahar.... que hacen de esta obra un clásico de la literatura española. 

La aparición del satanismo en la obra teatral Don Álvaro o la fuerza del sino.

En esta obra de el Duque de Rivas, aparece como colofón referencias al satanismo característico al movimiento literario que se manifestaba en esta época: el Romanticismo. Esta característica diabólica se presenta en numerosos pasajes de la jornada V de esta magnífica obra romántica.

Aparece en la escena II el Hermano Melitón hablando con el Padre Guardián. En esta conversación, dialogan sobre el padre Rafael, sobre todo el Hermano Melitón que lo va describiendo a lo largo de la escena como un ser que tiene "genio" y "orgullo", que hace gestos (visajes) como si viera un espíritu, y recalca la misteriosa procedencia del personaje (misterio que aparece a lo largo de la obra).
"Y como vino al convento de un modo tan raro, y nadie lo viene nunca a ver, ni sabemos dónde nació..."
Siguen conversando, sobre este enigmático personaje, y el Hermano Melitón recuerda la leyenda de el demonio que se hizo fraile, y lo compara con el padre Rafael, que es Don Álvaro, porque destaca en él la agresividad y la forma de mirar:
"...de cuando se hizo fraile de nuestra orden el demonio, y que estuvo allá en un convento algunos meses. Y se me ocurre si el padre Rafael será alguna cosa así..., pues tiene unos repentes, una fuerza y un mirar de ojos...". 
Ya en la escena III, aparece el otro personaje, el cual, también tiene connotaciones satánicas: Don Alfonso, el que, además, se dirige a Don Álvaro como: "El del infierno.". 

En la escena VI, aparecen los dos personajes satánicos: Don Álvaro y Don Alfonso, en la cual, aparecen connotaciones infernales, como las que pronuncia el protagonista romántico: 
"¿De nuevo el triunfo asegura 
el infierno, y se desploma 
mi alma en su sima profunda?". 

"No.., no triunfa 
tampoco con esta industria 
de mi constancia el infierno.
 Retiraos, señor."

"¿Qué hiciste?... ¡Insensato!. 
Ya tu sentencia es segura:
 Hora es de muerte, de muerte.
 El infierno me confunda, 

"¡Voy al infierno!"
En la escena VIII, el Hermano Melitón, que da el punto cómico a la obra, piensa que Don Alfonso, también proviene del infierno:
"También que era del infierno
dijo, para mi gobierno, 
aquel nuevo personaje. 
¡Jesús, y qué caras tan!..."

"Demonios son, es patente
sin duda van a cargar."

En la primera acotación de la escena IX, se describe un paisaje totalmente romántico e infernal, simpatizando con la situación de la escena que se encamina hacia la tragedia. 
 " el cielo representará el ponerse el sol de un día borrascoso, se irá oscureciendo lentamente la escena y aumentándose los truenos y relámpagos. "

Tras esta acotación, va apareciendo vínculos satánicos en boca del protagonista, que van a acabar en tragedia: 
"Hombre, fantasma o demonio
que ha tomado humana carne 
hundirme en los infiernos, 
par perderme..., ¿qué sabes?...
En este fragmento, Don Álvaro, pone características de fantasma o demonio a Don Alfonso, incluso a él mismo. 
"¿Eres monstruo del infierno, 
prodigio de atrocidades?".
Llama la atención otra intervención de Don Álvaro, el cual parece estar totalmente poseído, queriendo beber la sangre de su enemigo: 
"...Yo matarme 
sabré, en teniendo el consuelo
de beber tu inicua sangre.".
Ya en la escena última, cuando está desatada la tragedia y próxima a llegar al clímax, Don Álvaro hace sus últimas intervenciones con rasgos satánicos:
"Yo soy un enviado del infierno,
soy el demonio exterminador...
Huid, miserables."

"¡Infierno, abre tu boca y trágame!
¡Húndase el cielo, perezca la raza humana;
exterminio, destrucción!..."
Aquí, Don Álvaro, se suicida. En la mentalidad de la época, el suicidio estaba mal visto, y la sociedad creía que si una persona se suicidaba, iba directamente al infierno, además de ser una característica propia de la literatura romántica.


Cabe destacar, que si el personaje, o los personajes satánicos son Don Alfonso y principalmente, Don Álvaro, en contraposición está la parte angelical, que es Leonor: 
"...Ángel de mi vida...". 

sábado, 10 de mayo de 2014

Monólogos de Don Álvaro.

 La obra dramática de Don Álvaro o la fuerza del sino, cuyo autor es Duque de Rivas, pertenece a la época literaria del Romanticismo. En esa obra, aparece el personaje romántico: Don Álvaro. Este personaje, es un hombre misteriosos, del que no se sabe su procedencia, ni su familia, ni nada de su vida, el cual, se enamora de doña Leonor y esto desemboca en tragedia. Dentro de esta tragedia se encuentra la separación de los amantes. Don Álvaro huye a Italia, y se integra en la guerra de Sucesión austriaca, para buscar su muerte, creyendo que su amada, Leonor, estaba muerta. En esta guerra, aparece un monólogo de Don Álvaro, el cual se encuentra en al jornada tercer, escena tercera. En este monólogo, don Álvaro expone sus sentimientos, pero unos sentimientos pesimistas, negativos, tristes y apesadumbrados, manifestando su concepto desesperanzado de la vida, ya que está separado de su gran amor, Leonor, y esta situación hace que la vida no tenga ningún sentido, y la única solución que parece encontrar es la muerte. Muerte que él busca deliberada menta en la guerra de Sucesión.


Tras este monólogo, don Álvaro le salva la vida a don Carlos, sin saber que es el hermano de doña Leonor, de unos asesinos. Éstos, se dan nombres falsos, don Carlos es don Félix de Avendaña y don Álvaro es don Fadrique de Herreros. En un tiroteo con el enemigo don Álvaro sale herido junto a don Carlos, que acude en su ayuda con un cirujano. Don Álvaro creyendo que va a morir, le manda a don Carlos, a coger unos papeles  que se encuentra en una caja dentro de la maleta de don Álvaro, y que cuando muera, los queme, pero sin mirarlo y se lo hace prometer. Don Carlos lo promete, pero al salir don Álvaro, don Carlos no puede con su curiosidad, y tras un monólogo deliberando si abre la caja o no, decide abrirla y descubre así, quién es don Fadrique de Herreros. Para esto utiliza un monólogo, lleno de dudas, interjecciones, interrogaciones, puntos suspensivos creando así una situación de misterio próxima a la tragedia.
imágenes de http://agrega.educacion.es/galeriaimg/65/es_20071227_1_5041223/es_20071227_1_5041223_captured.jpg y  http://ambitocapileira.blogspot.com.es/2010/11/don-alvaro-o-la-fuerza-del-sino.html