- Este cuento oriental, El Juez Prudente. Cuento oriental, se asemeja a los cuentos puestos anteriormente, sobre todos a los orientales como Alnaschar o El sultán Mahmud, sobretodo, en la moraleja final, y la estructura más o menos semejantes. El cuento narra la historia de un comerciante que trabajaba para países
extranjeros, confió una bolsa de monedas a un Dervís, que creía que era su
amigo y le pidió que lo guardarse. Después de un año, el comerciante vuelve y
pide a su amigo que le devuelva el dinero, pero éste se lo niega. Entonces el
juez le dice que él ha confiado en una persona
que desconocía su fidelidad y que sin testigos sería difícil, pero que
vuelva a ver a su amigo y le hablara amigablemente. El comerciante le hizo
caso, pero no funcionó, discutieron y durante esta disputa llegó un recado del
Cadí para el, que quería que fuera a su casa. Cuando llegó lo recibieron
en una hermosa sala y se le trató como se le trataba a las personas de alto
rango, entonces el Cadí, comenzó a
hablar. Le dice que lo ha llamado para
darle un negocio de mayor importancia porque se va de vacaciones y no se
fía de sus esclavos, por lo tanto, quiere entregarle un tesoro de gran valor a
él. El Dervís acepta y le jura guardar
su tesoro. A la mañana después el
mercader va otra vez a la casa del Cadí y le dice que vuelva a ir a la casa del
traidor. El mercader se dirige a su casa y cuando pronunció el nombre del Cadí,
éste le dijo que todo había sido una broma y le devolvió su dinero y que no era
necesario recurrir al Cadí. El mercader se dirigió entonces a la casa del
Dervís para darle las gracias. Llega la noche y el Dervís se prepara para
recibir el tesoro del Cadí, pero los esclavos del juez nunca aparecieron. Entonces
al amanecer, el Dervís se dirigió a la casa del juez, para pedirle
explicaciones y éste le dijo que ha sabido por un comerciante que es un traidor
y que la justicia lo castigará si tiene otra queja similar. El Dervís se retira
con una reverencia y lleno de vergüenza.
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